*Compartió cuatro cuentos de su autoría con un nutrido grupo de jóvenes estudiantes
Definiéndose
como un escritor tardío, porque comenzó a leer más allá de las historietas de
monitos o “comic’s”, hasta que ingresó a estudiar Literatura y Comunicación, el
escritor colimote y también director (desde 2009) de la Compañía de Teatro de
la Universidad de Colima, Gerardo González Ramírez compartió, el miércoles 30 de septiembre, su
experiencias y cuentos de su autoría con jóvenes de la institución y público
que gusta de las letras.
El
escenario de esta lectura, en el marco del
programa Leo y Luego Existo Colima, que lleva a cabo la Dirección de
Difusión Cultural de la Universidad de Coima, fue el Museo “María Ahumada” del
IUBA, previendo posible lluvia. Inicialmente estaba anunciado en la explanada
de este Instituto Universitario de las Bellas Artes.
Fue
una velada agradable la que se tuvo, donde los asistentes estuvieron atentos a
la lectura realizada y al final hubo la participación de algunos de ellos,
interesados en saber sobre cómo y de dónde surgieron las ideas para darle forma
a estas narraciones.
Su
respuesta fue que de lo cotidiano, de la experiencias propias o de conocidos.
“De pronto por ahí se da un detalle, dice uno, de aquí se puede construir una
historia y se va dando”, explicando cómo fue el armado de algunos de sus
cuentos.
Previamente
comentó que tras encantarse al descubrir autores como Chejov (Anton), Cortázar
(Julio) y Carver (Raymond), le entró el
gusto por contar historias a través del cuento, y en su preparación para este
oficio asistió a talleres y cursos con maestros de la literatura y el teatro
como Agustín Monsreal, Mónica Lavin, Eduardo Antonio Parra, Gerardo de la
Torre, entre otros escritores reconocidos.
Comentó
que el gusta escribir cuentos, porque a través de ellos, “uno puede vengarse de
aquellos que nos molestan o lastiman”, donde “uno puede reunir a dos persones
que tuvieron algún conflicto personal”,
entre otras situaciones que se pueden construir, narrar, a través de las letras.
Para
el que llegue primero, Limpieza en la madrugada, Los zapatos rojos y Sangre en
la montaña, fueron los cuentos leídos por el escritor Gerardo González Ramírez,
mismos que han recibido diversos premios.
Para
el que llegue primero. Cuenta sobre el
dilema que pasa un chamaco –por su educación religiosa-, y como salir de él,
luego de pecar… dar un golpe, que hizo sangrar a una niña. Este fue su primer
cuento, ganador del concurso estatal convocado por el periódico Ecos de la
Costa (1985).
Limpieza
en la madrugada. Refiere a una relación rota entre madre e hija, en la que al
paso del tiempo hay reconciliación. Con este obtuvo el segundo lugar en el certamen
que convocó el Instituto Colimense de la Mujer, el Centro Universitario de
Estudios de Género y la Asociación Colimense de Universitarias, en 1999.
Los
Zapatos Rojos. Es sobre la venganza que se cobra, adulta ya, una mujer, ante
quien la violentó cuando era niña. El texto
le dio el primer lugar del Concurso Nacional “Premio Sahuayo de Literatura
2005”.
Sangre
en la montaña. Discurre sobre una pareja, donde él caído, un paria por los
vicios a los que ha llegado se decide a dejar este mundo y le pide a ella que
le acompañe, pero ella tiene ya otros motivos para seguir caminando. Y este
cuento es uno de los cuatro que integraron el paquete presentando en el
concurso Aniversario de Diario de Colima "Premio Estatal Agora" (2013), donde fue segundo lugar.
Gerardo
González, nació en Guadalajara, Jalisco,
(4 de mayo de 1962). En su mocedad, por cuestiones del trabajo de su papá,
llegó a Colima para quedarse, es Licenciado en Literatura y Comunicación,
egresado de Nuestra Máxima Casa de Estudios. Actualmente también es becario del
Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Colima, para la escritura de un
libro de cuentos titulado “Para Seguir Viviendo”.
De
entre las diversas publicaciones en Suplementos semanales de la localidad, en
lo particular recordamos uno de sus primeros textos, en el Ágora de Diario de
Colima, de nombre “El Puro Chou”, donde recrea momentos – vividos junto con sus
entonces colegas de la Compañía de Teatro-, de su afición por la lucha libre,
de esa cita que semana a semana se daban a la arena Las Palmas.
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