Morante
de la Puebla (Sangre de toro y oro), silencio y aviso y leves palmas.
Octavio
García “El Payo” (Grana y oro), oreja y vuelta.
Arturo
Saldívar (Sangre de toro y oro), silencio, al tercio y palmas en el de regalo.
Plaza
con poco más de tres cuartos de entrada.
Morante vuelve a derramar pinceladas de arte y Saldívar pasión
Aguascalientes,
Ags.( Tauro Media).- Ante un coso que superó las tres cuartas partes de su
aforo se desarrolló la doceava corrida de la feria más importante de América,
en donde Octavio García “El Payo” se alzó como el triunfador al cortar la única
oreja del festejo a su primer astado, en tanto Morante de la Puebla derramó de
nueva cuenta pinceladas de arte en el ruedo de la Monumental, pero se le fueron
las orejas al herrar con la espada, misma situación privó de trofeos a Arturo
Saldívar quien entregó todo en su tercera comparecencia en la feria.
En
tanto los toros de Fernando de la Mora no tuvieron la misma calidad que en su
primera aparición en el serial, aunque se destaca la presencia del quinto de la
tarde que mereció el arrastre lento por su calidad y nobleza.
El
primero de la tarde correspondió a Morante de la Puebla, quien sustituyó a
Julián López “El Juli” y con ello sumó tres tardes en Aguascalientes, con capa
intentó lancear pero el viento que tuvo ráfagas en la tarde le impidieron
veroniquear, misma situación ocurrió con la muleta, aunado a que el burel poco
ofrecía, tanto en recorrido como en fuerza, así que decidió abreviar, matando
al segundo golpe de descabello tras cinco pinchazos, escuchó un aviso desde el
palco de la autoridad y silencio del respetable.
Con
el cuarto de la tarde lanceó con capa decorosamente y con la franela realizó
una faena derechista en donde tuvo momentos artísticos que arrancaron los olés
y llevó con cadencia al toro que ofreció clase y recorrido, de igual manera
regaló detalles pintureros que emocionaron a los asistentes, en la suerte
suprema colocó la espada trasera y desprendida teniendo que recurrir al
descabello escuchando al final leves palmas.
Octavio
García “El Payo”, también en su tercera comparecencia en el serial sanmarqueño,
volvió a mostrar el gran momento por el que pasa y tuvo una tarde intensa,
llena de valor y entrega, sacó muletazos de gran valía a un toro soso y parado,
al que enceló con los muslos y extrajo todo lo que tenía dentro, mató con
estocada atravesada que al final y por petición popular el juez otorgó el único
apéndice del festejo.
Con
el quinto de la tarde tuvo la oportunidad de recrearse con más prestancia, pues
encontró a un aliado con calidad y recorrido al que le recetó varias tandas por
la diestra con intensidad y temple, corrió la mano a su aire y gusto, si dejar
de lado el valor y entrega, para concluir el trasteo ejecutó manoletinas
exponiendo y con el acero dejó una ración total, pero con tendencia, uso el
descabello para despachar al quinto golpe y dar la vuelta al ruedo entre los
aplausos del respetable.
Por
su parte Arturo Saldívar lanceó bien a la verónica y con la muleta inició con
la muleta plegada citando al toro en los medios y dejándola caer en el viaje
pasándose al toro por la espalda, luego vinieron tandas con la mano derecha con
mucha exposición delante de un toro que tuvo poco gas y manseaba, pero al que
el coleta puso la pimienta y sacó todo el jugo que tenía, un pinchazo hondo y
dos descabellos fueron el final para retirarse en silencio al burladero de
matadores.
Con
el que cerraba plaza se puso de rodillas en la zona de tablas para dar larga
afarolada por el lado izquierdo y de pie ligó verónicas con chicuelinas para
presagiar algo interesante, sin embargo el toro nunca bajó la cabeza y manseó
hasta el final, situación que pusieron alerta al matador que a base de insistir
metió en varias ocasiones al burel y emocionó al tendido, aún así sabía que el
triunfo no estaba dado, por lo que anunció un séptimo de regalo, vinieron
vibrantes joselillinas y la estocada quedó trasera con tres cuartas partes de
ración en el burel, saludando desde el tercio.
Con
el de regalo, de la dehesa de El Junco, se llenó de entrega para enfrentar a un
astado que ofrecía muy poco, manseaba al grado de terminar rajado y huyendo,
sin embargo Saldívar demostró que su pundonor es más grande que las condiciones
de cualquier toro y sujetó por momentos al burel sacando muletazos con la
diestra que fueron agradecidos por los presentes, también ejecuto algunos
interesantes ayudados por la izquierda y con el acero tras entera tuvo que
descabellar, derribando al animal en el tercer intento y escuchando palmas se
retiró de la plaza.
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