SAN
FRANCISCO, Cal.- Patrones en el Caribe y ahora del mundo. República Dominicana,
con son de invicto, conquistó el martes por primera vez la corona del Clásico
Mundial de Béisbol al vencer 3-0 a Puerto Rico en la final de la tercera
edición del torneo.
Samuel
Deduno y los relevistas dominicanos anestesiaron a los bates de Puerto Rico con
una blanqueada de tres hits, en tanto que dobles remolcadores de Edwin
Encarnación y Erick Aybar apuntalaron la ofensiva quisqueyana rumbo al octavo
triunfo sin derrotas de la tropa dirigida por Tony Peña.
Japón
atrapó los dos primeros títulos del Clásico, disputados en 2006 y 2009. Pero
esos equipos nipones no hicieron lo que este conjunto dominicano pudo:
consagrarse con un récord inmaculado.
De la
amargura dejada por la dolorosa eliminación en primera ronda hace cuatro años,
Dominicana encaró este Clásico con absoluta entrega, pasión desbordante y un
béisbol impecable en todos los sentidos.
Ganar
el título era una misión de importancia monumental para los dominicanos y
cumplieron. Fernando Rodney ponchó a Luis Figueroa, abanicando la brisa, para
el último out, y consiguió su séptimo rescate del certamen.
Robinson
Canó fue elegido como el jugador más valioso del Clásico.
Inesperado
finalista, Puerto Rico dispuso de varias oportunidades --embasó cinco veces al
primer bateador-- pero no supo capitalizarlas con el hit oportuno. Se fueron de
11-0 con corredores en posiciones de anotar.
Fue
el fin de un torneo en el que Puerto Rico superó todas las expectativas.
Señalado para no sobrevivir la primera ronda, los boricuas se convirtieron en
el verdugo que eliminó a tres potencias: Venezuela, Estados Unidos y Japón.
Pero
nunca pudieron contra el muro dominicano. Tres veces se enfrentaron con sus
tradicionales rivales y perdieron en las tres, incluyendo reveses por 4-2 en la
primera etapa y por 2-0 en la segunda. Dominicana también manda en cuanto a
títulos de la Serie del Caribe, al frente 19-14 sobre los boricuas.
La
fiesta dominicana comenzó temprano en una noche lluviosa en el AT&T Park de
San Francisco al fabricar dos carreras en la primera entrada ante Giancarlo
Alvarado, el abridor puertorriqueño.
José
Reyes abrió con un doblete el derecho y avanzó a la antesala con un toque de
Aybar. El manager boricua Edwin Rodríguez optó por un boleto intencional a
Canó, obviamente temeroso de la impresionante producción del intermedista de
los Yanquis (15 hits en 29 turnos para promedio de .517 al iniciar el juego).
El tiro le salió por la culata cuando Encarnación limpió las bases con un doble
entre el derecho y el central.
Esa
ventaja de dos anotaciones fue bien defendida por el derecho Deduno, que
combinó magistralmente su recta con una venenosa curva.
Deduno
cubrió cinco entradas con pelota de dos hits, tres boletos y cinco ponches.
Siempre
se creció ante la mínima insinuación de amenaza boricua. En la primera, luego
que Pagán abrió con un sencillo, ponchó a Carlos Beltrán y Yadier Molina.
En la
quinta, Alex Ríos negoció un boleto y avanzó a segunda con un lanzamiento
descontrolado. Acto seguido, Deduno retiró con elevados a Carlos Rivera y Andy
González, el de éste último engarzado al vuelo por el jardinero central
Alejandro de Aza al límite de la zona de advertencia, robándole un extrabases.
Jesús Feliciano recibió un pasaporte para apretar la amenaza, pero Pagán se
ponchó.
Hiram
Burgos relevó a Alvarado y contuvo a los boricuas hasta la baja del quinto en
el que un fallo elemental del intermedista Irving Falú facilitó la tercera de
Dominicana. Falú fildeó una roleta de Reyes, pero no supo sacar a De Aza cuando
pasó frente a él y luego Aybar empalmó un doblete al derecho.
Semejante
diferencia fue imposible de remontar frente a un bullpen dominicano que terminó
estirando a 22 innings y dos tercios una racha sin tolerar carrera, la cual
comenzó a enhebrar desde la cuarta entrada de la primera cita ante Puerto Rico
en San Juan.
Hubo
tiempo para otra oportunidad boricua, al colocar dos corredores en circulación
sin outs en el séptimo. Pero Pedro Strop entró por Octavio Dotel y bajó la
cortina con ponches seguidos a Carlos Rivera y Pedro Valdés y un elevado que el
antesalista Miguel Tejada atrapó en territorio de foul.
NOTAS:
La asistencia fue de 35.703 aficionados y un total de 96.913 acudieron a los
tres juegos en San Francisco. La concurrencia total del torneo fue de 885.212,
un récord. (Tomada de lasmayores.com Eric Risberg/AP)
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