La
Habana 29 de marzo, 2013.- EL MEJOR entrenador de equipos femeninos de voleibol
en el siglo XX festejó este viernes su cumpleaños 80 rodeado de jugadores,
entrenadores y directivos que beben de su experiencia en el deporte que abrazó
desde muy joven.
Eugenio
George Laffita, cuyo nombre lleva un trofeo instituido por la NORCECA en el
2009 para el director técnico más destacado en cada Campeonato para damas de
esa Confederación, entrega su sabiduría con el entusiasmo de siempre.
Presidente
de la Federación Cubana y de la comisión de entrenadores de la institución de
Norte, Centroamericana y del Caribe, tributa igualmente como miembro de ese
último grupo en la FIVB.
Cada
día llega a la Escuela Nacional, donde radica su oficina, muy cerca de las
canchas que acogen a las nuevas generaciones, sitio preferido por el avezado
profesor que colabora habitualmente con sus consejos y análisis.
Negado
al descanso, traza la mejor estrategia con su equipo de trabajo, sin cejar en
el empeño de que el voleibol cubano retome el camino victorioso que lo ubicó en
la élite mundial.
Junto
a otros laboriosos y creativos preparadores como el siempre recordado Ñico
Perdomo, fallecido el 9 de noviembre del 2009, Eugenio consiguió las medallas
de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sydney 2000,
así como bronce en los de Atenas
2004.
El
también condecorado con las distinciones de Héroe Nacional del Trabajo de la
República de Cuba en 1979 y Orden al Mérito Deportivo, también llevó las
riendas de las selecciones monarcas del orbe en 1978 (Unión Soviética) y 1994
(Brasil), y en las Copas Mundiales de 1989, 1991 y 1995 en su sede permanente
en Japón.
Sumó
a esos lauros las medallas de oro del Grand Prix de 1993 y el 2000; siete en
Juegos Panamericanos desde 1971 a 1995 y ocho en Juegos Centroamericanos y del
Caribe desde 1970. Consiguió plateadas en el Mundial de 1986, en la Copa del
Mundo de 1977, y en el Gran Prix de 1994, sumada a lo más significativos de su
excepcional palmarés.
Eugenio,
considerado uno de los iniciadores de la Escuela del voleibol en Cuba, nació en
Baracoa, pintoresca localidad de la provincia de Guantánamo a más de mil
kilómetros de La Habana, y se trasladó junto a su familia a la capital a fines
de la década de los años 40.
Junto
a su hermano Edgar inició las prácticas de voleibol. En 1947 lo hacía en la
barriada de Luyanó bajo la mirada de Jacinto del Cueto cuando fue elegido
atacador auxiliar del equipo nacional con el que tomó parte en los Juegos
Panamericanos de México´55.
Estuvo
además en los de Chicago´59, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de
Jamaica´62 y el mundial de París´56, entre otros.
Conoció
a otra jugadora, Graciela González, con quien se casó y mantuvo una relación de
más de 40 años hasta el deceso de esta, quien fungió como jefa técnica de la
Federación Cubana de Voleibol y mucho tuvo que ver con su apoyo, rigor y
sacrificio, en la realización de los sueños de Eugenio y su colectivo técnico.
Fue
nominado entrenador del equipo juvenil masculino en 1963, en el que creó las
bases para el conjunto campeón de los X Juegos Centroamericanos y del Caribe en
Puerto Rico´66.
En
1968 pasó a dirigir la selección nacional femenina, etapa en la que ya
trabajaba en la Escuela Cubana, basado en las características de su voleibol,
las exigencias de un entrenamiento igual o superior al juego oficial.
Ello
resultaría patrón para el desarrollo de la resistencia y el fortalecimiento
psicológico de sus alumnas, el temperamento y el progreso de sus habilidades,
al tiempo que analizaban a sus adversarias en el mundo.
Corresponden
a Eugenio y su colectivo técnico crear la formación 4-2 en vez de la
tradicional 5-1, solo expuesta por las Morenas del Caribe y con la que
protagonizaron las más grandes hazañas al utilizar dos pasadoras que remataban
indistintamente y también bloqueaban, aportando a las atacadoras -dos
auxiliares y dos centrales- para elevar la ofensiva del equipo.
Hoy,
en el aniversario 80 del nacimiento de uno de los artífices del voleibol
cubano, son muchas las jugadoras de diferentes generaciones que festejan esta
fecha por lo que significó El Profe en sus vidas dentro y fuera de la cancha,
no solo como entrenador, también como un padre.
Mercedes
Pérez, Mercedes Pomares, Lucila Urgellés, Nelly Barnet, Ana M. García, Imilsis
Téllez, Erenia Díaz, Ana Ibis Díaz, Mercedes Calderón, Magalys Carvajal, Mireya
Luis, Regla Torres, Josefina Capote, Regla Bell, Ana Ibis Fernández, Lily
Izquierdo, Idalmis Gato, Rayza O' Farril, Tania Ortiz, Lázara González,
Marlenis Costa, Marta Sánchez, Nancy González y Yumilka Ruiz, entre otras,
forman parte de esa gran historia en la que Eugenio George ha brillado con luz
propia. (Lisset Ricardo Torres/Oficial de Prensa/FCV)
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